INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE N° 804
ESQUEL - PROVINCIA DE CHUBUT

“Profe”, “¿y esto para que nos sirve?”

“Hace unos días estaba en un primer año de una escuela secundaria, enseñando nociones básicas de Trigonometría. Al comienzo, a los chicos les resultaba difícil interpretar y la cosa no estaba funcionando. En algún momento un chico se anima y me dice “Profe”, “¿y esto para que nos sirve?”. Entonces yo le dije; te voy a explicar para que me sirvió a mí la trigonometría. Le conté que en estos momentos estoy construyendo una casa y no soy albañil, ni constructor, ni maestro mayor de obras; pero el hecho de saber algunos conceptos de trigonometría me permitieron calcular el largo de un tirante que necesito para el techo. Luego les decía, un albañil que tal vez no fue a la escuela puede hacerlo de un modo práctico; pero yo que no lo soy, lo puedo hacer con las herramientas que aprendí en la escuela. Esto para mí fue significativo, y desde esos días los chicos están trabajando muy bien con trigonometría” (Luis)

“A veces, la matemática se vuelve aburrida porque en la escuela se enseña mecánicamente, es decir, hay un profesor en el frente que dice, esto se hace así, y no dice porque se hace así. Yo sabía que si hay un número negativo, cuando lo paso tiene que ir sumando; pero no sabía porque lo hacía; hacés un mecanismo pero no sabés porque lo estás haciendo, uno sólo sabe que así va a aprobar” (Cristian)

“Yo estoy en esa disyuntiva, me niego a enseñar cálculos combinados, pero lo hago porque creo que es importante en un sentido propedéutico. Pero también se me ha presentado que los chicos me dicen, ¿Y para qué me sirven los cálculos combinados?, y yo no sé, les digo que los ayuda a organizar y jerarquizar el pensamiento” (Belén)

Parece haber una problemática relacionada con la prescripción que el diseño curricular establece en referencia a lo que se debe enseñar sobre la matemática en la escuela secundaria. En estas condiciones, lo que cada docente parece poder hacer es apenas innovar un poco sobre esos programas, pero en definitiva, la situación parece encajonada.

“Vos te presentas para cubrir unas horas de matemática, y la directora te dice: lo que tenés que enseñar es esto, punto. Está establecido así. Muchas veces uno no le encuentra el sentido a estudiar Funciones de segundo grado después de estudiar Polinomios, por ejemplo. Creo que nos tenemos que animar a innovar sobre esos programas que vienen elaborados de hace cien años. Porque si hacemos una revisión vamos a ver que se siguen enseñando siempre las mismas cosas” (Luis)